CMD…como no te voy a querer !!!
como no te voy a querer !!! si hemos hecho un tres mil por tercera vez!!!!!!.
Si, lo conseguimos!!!, desde que fundamos el CMD en Octubre de 2011 y por tercer
año consecutivo, el CMD volvió a coronar uno de los picos mas emblemáticos de
nuestro país, en este caso el Monte Perdido. El macizo de Monte Perdido, destaca
por sus tres principales picos (Añisclo-3.263m, Cilindro-3.328m y Monte Perdido
3.355m) y pertenece al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Esta
flanqueado por cuatro valles de extraordinaria belleza, Añisclo al sur, Escuaín
al sureste, Pineta al este y Ordesa al suroeste. En este último valle, es donde
empezó todo, en concreto en la conocida pradera de Ordesa (1.320m). El jueves
19, nos dimos cita en la pradera 7 miembros del CMD, el Moro, Bobby, el Búho,
el Cigü, Marta, el Negro y el gran Alberto. Los tres primeros hicieron noche en
Torla el miércoles, y los cuatro restantes vinieron desde Madrid ese día. Tras
preparar todo lo necesario para los dos días de ascensión, calentar y hacernos
la primera foto de grupo, iniciamos el ascenso a las 13.40h hacia nuestro
objetivo del día, el refugio de Goriz. La subida, fue espectacular, tanto por el
tiempo que nos hizo, como por las vistas. El valle de Ordesa es uno de los
lugares más bonitos de nuestro país. Disfrutamos de su hayedo, de sus
impresionantes cascadas, así como de las enormes paredes que se elevaban a
nuestro alrededor. Cuando llegamos a su famosa cascada “Cola de Caballo”,
continuamos el ascenso hacia el refugio. Decidimos realizar la subida por las
Clavijas de Soaso, una pared de roca de unos 20 metros de altura aproximadamente
en la que hay instaladas cadenas ancladas en la roca para facilitar la subida.
Fue el primer paso difícil de la ascensión, impresionaba por lo aéreo del
paso, pero lo superamos
satisfactoriamente. Una vez superado, y tras una amena caminata observando las
espectaculares vistas del valle de Ordesa desde arriba, llegamos al refugio
de Goriz (2.160m) a las 18h. Tras
registrarnos y asearnos algo, a las 19h, pasamos a cenar (en Goriz se cena a
esa hora). La cena fue abundante…. garbanzos (traerían cola por la noche….),
ensalada, filetes en salsa y natillas, todo regado con un vino de raza. Tras la
cena, al rato fuimos al barracón a dormir….bueno o eso pensaban algunos. La
noche la verdad es que fue muy dura. Pongámonos en situación, un barracón con
literas para 40 personas aproximadamente (todas ocupadas), poco aseadas en
general, cansadas, y con la tripa llena de garbanzos…..que podía salir de
ahí??...pues eso un concierto de ronquidos y “cuescos” que hicieron que la atmósfera
fuera insoportable e irrespirable para algunos. En nuestro caso, el pobre Bobby
no pudo soportar el mal oliente concierto y opto por pasar en vela junto con
otras tres o cuatro personas la noche fuera del refugio…eso si bajo un
increíble despejado cielo estrellado. A la mañana siguiente, tras desayunar y
contarnos y reírnos de lo anteriormente comentado, comenzamos a andar a las
7.40h, hacia nuestro objetivo, el Perdido. Teníamos por delante una ascensión
de 1.195m hasta la cumbre. La subida fue dura. La mitad del recorrido
aproximadamente la hicimos sin nieve. A 1 hora del famoso lago helado, tuvimos
que ponernos los crampones, la nieve nos acompañaría hasta la cumbre. Una vez
en el lago helado (2.990m), observamos el último tramo que nos separaba de la
cumbre. Este tramo era el más técnico y difícil de toda la ascensión. Una pala
de nieve y hielo conocida como “la escupidera” (debe su nombre a que si te
resbalas por ella, te escupe al vacío). Tras dejar el lago helado, nos reunimos
los 7 al inicio de esta parte complicada. En ese momento decidimos subir sin
encordarnos. Con mucho cuidado encaramos la escupidera piolet en mano. Paso a
paso, y poco a poco, tras un importante esfuerzo final llegamos al collado que
coronaba la escupidera. Después, un último repecho y llegamos…. Habíamos
coronado los 7 el Monte Perdido (3.355m) a las 12.00h….Bien CMD!!!!!!. Vistas
impresionantes, aunque algo empañadas por las nubes. Tras las fotos de rigor
con las banderas y pelucas, iniciamos el descenso. Las nubes se nos echaban
encima, con lo que decidimos ser rápidos a la hora de bajar, no queríamos pasar
por la escupidera de vuelta con poca visibilidad. La bajada, igual que la
subida, muy técnica, y con una sensación de vértigo por la pendiente
importante, pero finalmente gracias a dios, superada por todos. La bajada hasta
Goriz, fue coser y cantar. Llegamos a las 15h. El la bajada conocimos a Miguél
y Nacho, dos montañeros muy majetes, que cosas del destino, volveríamos a
encontrarnos al día siguiente en el valle de Bujaruelo. Tras descansar en el
refugio a las 16h, iniciamos descenso hacia el punto de partida, la pradera de
Ordesa. El descenso lo realizamos por diferentes caminos. Unos bajaron por las
Clavijas de Soaso, y otros por el camino en zigzag que llevaba a cola de
caballo. El último tramo, el Moro el Negro y Alberto, lo hicieron por la
Faja Pelay
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