24 de septiembre de 2017

CMD Midi d´Ossau 24/9/17



La vida se ve mejor desde arriba, y más si es desde la montaña. Dicho esto, y aprovechando el buen tiempo que pronosticaban para el fin de semana, tres de los integrantes del CMD (Iñaki, el Moro y el Cigu) decidimos realizar una visita relámpago a las montañas del pirineo. En esta ocasión nos desplazamos al pirineo francés para ascender al emblemático pico de Midi d'Ossau (2.884 m). Dicha montaña se encuentra en el departamento francés de los Pirineos Atlánticos, situada al lado de la histórica ruta de comunicación transpirenaica del puerto de El Portalet. Su color negro proveniente de los restos de magma de un antiguo volcán y su forma piramidal la hacen poseedora de una gran majestuosidad y belleza. Es una cima muy característica y puede que sea la montaña más individualizada, singular y fácil de identificar de toda la cordillera pirenaica.
Salimos el sábado de Madrid, bien pronto (8:00), con la intención de llegar a la hora de comer al refugio Pombie, donde habíamos reservado la noche. Tras superar la frontera con Francia (El Portalet), apenas dos kilómetros carretera abajo, dejamos el coche en el pequeño aparcamiento de Anéou (1.730 m), comenzando a andar a eso de la 13:00 en dirección Oeste hacia el citado refugio localizado en la base del Midi (2.032 m). Este recorrido lo hicimos en aproximadamente 1 hora y media, parando eso si para disfrutar de las vistas en el collado de Soum de Pombie, lugar a partir del cual la montaña se hace totalmente visible al caminante mostrando la impresionante verticalidad de sus dos picos, el Gran Pic (2.884 m) y el Petit Pic 2.804 m). No en vano, antiguamente esta montaña era conocida como “Los gemelos”.
El refugio Pombie, “gobernado” por un simpático francés, se localiza a los pies del Midi junto al ibón del mismo nombre. Muchas risas con nuestro amigo el francés, el cual nos apodó “los ibéricos” muy inteligentemente para evitar cualquier tipo de conflicto político dado el momento en el que nos encontramos.
Tras dejar nuestros sacos dentro de la carpa situada a escasos 20 m del edificio principal del refugio, y de comernos unos cuantos paquetes del rico jamoncito “ibérico” del Moro, decidimos calentar motores para el día siguiente y subir el pico Peyreget (2.487m), uno de los mejores miradores del Midi d'Ossau. Desde el refugio sale una senda que sube cómodamente a dicho pico, pasando por pequeños ibones, pedregales y pastos naturales que sirven de alimento a las numerosas marmotas que vimos por el camino, bien gordas algunas preparándose para su hibernación. Desde el pico, grandes vistas de varios de los picos más conocidos del pirineo, a los cuales nos referiremos más adelante al hablar de la llegada a la cumbre del Midi. Tarde en calma, luz de atardecer, sol y nubes… Con solo lo vivido hasta ese momento ya merecía la pena haberse desplazado hasta allí.
A las 19:00 ya estábamos de vuelta en el refugio para degustar la rica cena que a todos los montañeros nos habían preparado. Mesa compartida aunque con pocas palabras, la barrera del idioma, pero gente agradable ¿qué carne comimos? quien sabe, caballo, marmota… nunca se sabrá, ¡pero estaba rica!, y lo que es más importante, nos daría fuerzas para la ascensión al día siguiente.
La noche estrellada vaticinaba el magnífico día que nos haría al día siguiente. A las 6:30 en pie, desayuno y a andar. Empezamos la ascensión a las 7:30, con menos frío de lo esperado y nada de viento, en dirección al collado Souzón (2.172 m), localizado en la pared NE del Midi. Las dificultades de esta ruta se concentran sobre todo en las tres chimeneas que encontramos después de dicho collado. La primera chimenea hace unos aprox. 15m, con pasos de II; la segunda hace unos aprox. 30m, con pasos de II+ y la tercera hace unos 150m, con pasos de I+. Íbamos bien equipados para superar estos obstáculos tanto en la subida como en la bajada (casco, arnés, cuerdas, ocho, etc). La subida no requirió asegurarnos, las trepadas eran sencillas y con la máxima prudencia y atención no íbamos a tener problemas. En la montaña la mayoría de las veces el cerebro es el músculo más importante. Si bien el riesgo en montaña siempre está ahí, prestar la máxima atención en las zonas complicadas y no tan complicadas, conocer los límites de cada uno y mantener la calma, hacen que el riesgo se minimice considerablemente: MONTAÑA SEGURA!!.
Tras superar las tres chimeneas, aún nos quedaba un desnivel de unos 400 m para alcanzar la cima, aunque ya por terrenos menos complicados pero siempre con la verticalidad del Midi presente. A buen ritmo alcanzamos la cima a las 11:00. Mucha alegría por parte de los tres, lo habíamos conseguido, aunque alegría contenida pues ya sabemos que “La cima es la mitad del camino”. Nos deleitamos más de una hora con las vistas del pirineo desde la cumbre, aprovechando que no hacía frío ni viento. Algunas de las cimas que desde allí observamos nos recordaron otras ascensiones realizadas con el club y amigos tiempo atrás, el Balaitus, la Gran Facha, el Anayet, etc… y otros por descubrir: Los Infiernos, el Palás, la Mesa de los Tres Reyes, etc, pues anda que no nos quedan!!.
Comimos más jamoncito del Moro y dispuestos a empezar el descenso (12:00). Se trata de una ruta en la que, a diferencia de la mayoría de las ascensiones que hemos realizado, el tiempo en bajar se acerca bastante al tiempo empleado en la ascensión. Esto es consecuencia de fundamentalmente del tiempo empleado para esperar, equipar y poder rapelar las tres chimeneas. Tal y como nos habían informado en el refugio, la reunión de la tercera chimenea había desaparecido semanas atrás, si bien de las tres era la más fácil de destrepar sin asegurarnos, y así lo hicimos. En las dos chimeneas siguientes encontramos instalaciones para asegurarnos por lo que, mirando por la seguridad, optamos por bajarlas rapelando sin ninguna complicación. Ya estábamos de nuevo en el collado Souzón y después de una media hora larga más andando en el refugio Pombie (14:30), donde para celebrarlo nos dimos un rico bañito en las gélidas agua del Ibón, al pie del ahora “nuestro” pico Midi d´ Ossau.
Un poco más tarde emprendimos la vuelta al aparcamiento de Anéou, donde nos esperaba en coche para volver a Madrid. Viaje de vuelta tranquilo, muy contentos por la experiencia realizada pero con cierta sensación de tristeza conforme nos alejábamos de la montaña.
El Moro y el Cigu, con esta ascensión, hemos cumplido un sueño presente desde hacía ya muchos años. Queríamos por tanto dar las gracias al gran Iñaki por guiarnos en esta apasionante ruta a lo más alto del Midi.
También mencionar al resto de los integrantes del CMD, se os echó de menos, pero saber que esta incursión al Midi no ha sido más que una avanzadilla, así que repetiremos gustosamente con todos vosotros.

Pincha en el link para ver las fotos!!! Merece la pena!!!!